Este tipo de ecografía se caracteriza por no estar orientada al diagnóstico clínico, que la futura madre ya habrá hecho bajo la dirección de su ginecólogo. La ecografía emocional se hace sin prisas, sin presión ni tensión; en un ambiente relajado y cálido. La meta es lograr imágenes claras, nítidas y reveladoras de las formas y rasgos del bebé.